Los cuidados paliativos son compatibles y se dan en paralelo con los cuidados tradicionales biomédicos, ocupados de analizar y modificar los parámetros biológicos de la enfermedad. Según la fase de la enfermedad y la situación vital de cada persona, unos cuidados adquieren más relevancia que otros. En las fases avanzadas de enfermedad y ante la proximidad de la muerte, cuando la enfermedad apenas es modificable, el grueso de los cuidados debe dirigirse a mejorar la calidad de vida y evitar el sufrimiento. 

Los cuidados paliativos no siempre precisan de personal especializado. El mismo profesional que aborda la enfermedad, debe abordar el sufrimiento que esta enfermedad produce. Sin embargo, existen situaciones en las que el sufrimiento es complejo, difícil de paliar y multidimensional, y en estas ocasiones se precisa de la intervención de personal especializado y de un equipo multidisciplinar. Es lo que se conoce como recursos específicos de cuidados paliativos.

Las personas con necesidad de cuidados paliativos y sus cuidadores son vulnerables desde diferentes dimensiones. Hay un alto requerimiento de cuidados, con crisis frecuentes de necesidades, riesgo de exclusión social, menoscabo económico y sufrimiento multidimensional. Precisan una red comunitaria que dé soporte durante este tránsito final de la vida.